La gran calidad de los gráficos en los juegos de próxima generación (next-gen) es indiscutible. Movimientos fluidos, expresiones faciales personalizadas, dinamismo total en los movimientos de los personajes; incluso existen quienes comparan los paisajes electrónicos con los del mundo real (y también están aquellos que los prefieren). Sin embargo, parece que en este océano profundo y rico en detalles extremos se ha dejado de lado una pieza fundamental para el disfrute del juego: la historia.
Mi primer experiencia en el mundo lúdico de las computadores fue con "Doom". Allá a principios de los 90', ese era considerado uno de los juegos más terroríficos y emocionantes. En un comienzo, solo armado con una pistola que, vista detenidamente era un gran pixel rectangular medianamente definido, nuestro héroe avanzaba a través de distintos recintos infestados de horripilantes criaturas. La sangre que brotaba de aquellos cuerpos, una vez aniquilados, era una cadena de pixeles rojos, azules y verdes. No había vista en tercera persona, ni inventario, ni menú de creación de personaje. ¡Pero la historia! ¡Ah, que fantástico! ¡La adrenalina de saber si lograrías cerrar la puerta infernal que aniquilaría al mundo! Eso era, precisamente, lo que daba vida al juego.
"Doom" id Software, 1993
Claro, ustedes tal vez estén pensando: "Es un FPS. ¿Para qué quiero una buena historia si lo que me interesa es matar bichos?" Por eso, déjenme darles otro ejemplo. En 1995 LucasArts ® saca al mercado "Full Throttle" para PC DOS y Macintosh. Quienes tengan de veinte años en adelante tal vez recuerden la simpleza de este juego. No se utilizaban las teclas WASD ni las flechas del teclado, no había distintas cámaras a elección así como tampoco comandos especiales o modo multijugador. Eras solamente vos, tu mouse y la asombrosa aventura novelada traída de la mano de "Ben", nuestro personaje principal. Desde el momento en que comienza el juego, con la voz grave del narrador llegando a nuestros oídos, pasando por la música de rock de "The Gone Jackals" y la escala de tensiones con cada nivel, "Full Throttle" abría, junto a otros títulos de su clase, las puertas a la historia novelada de los videojuegos.
"Full Throttle" LucasArts, 1995
No se quiere decir que ninguno de los títulos actuales no respeten la importancia de la trama. El aviso está dirigido a las generaciones más jóvenes, aquellas que crecieron con un sistema operativo Windows xp ya funcionando o que en el living de sus hogares ya contaban con una consola Play Station ®. Algunos de los que hemos intentado mostrar a hermanos y hermanas más pequeños, primos, sobrinos, etc. los títulos con los que crecimos hemos recibido como respuesta expresiones de desencanto, aburrimiento o, simplemente, desinterés general. ¿Por qué se da este fenómeno? Diríamos que no podemos intentar traer la melancolía de los tiempos pasados al presente, pero ese no es el punto. Quizás esta elección de la gráfica por sobre la historia esté relacionada con el cambio generacional. Al haber tenido los juegos una calidad gráfica baja en un pasado, al jugador no se lo podía dejar con una historia vacía y simplista; no se tendría ningún tipo de éxito de esta manera. A ello se debió el boom de las aventuras gráficas y la supremacía de los juegos de estrategia estilo Age of Empires. Si nos planteamos esta idea desde el presente, notamos que la mayoría de los jóvenes tienen más desarrollada la capacidad visual en relación a significantes y significado que aquella que permite la interiorización paulatina de información por medio de la lectura. Después de todo, es mucho más fácil ver un video que leer un libro ¿cierto?; pero, claro, uno siempre termina descubriendo que el libro es mejor que la película.
No creo que podamos dar con una respuesta clara a la pregunta planteada. Cada quién tendrá sus razones y sabrán justificar sus elecciones. Quizás seamos nosotros, los que nos gestamos informáticamente con Windows 95 ®, quienes debemos aceptar que la calidad gráfica y de animación a empujado a la calidad narrativa.
No obstante ello, resulta injusto afirmar que la totalidad de los videojuegos de hoy en día carecen de historia o la que tienen es aburrida. Así como la saga de "Doom" saca el año entrante su último título, con gráficas desorbitantes y animación de punta, también existen varios otros que han puesto el peso en lo que nos cuenta. Sin ir más lejos, y para dar uno solo de los variados ejemplos que se podrían aplicar, tenemos la saga de "Max Payne", creado por la compañía finlandesa Remedy Entertainment ®, que desde el año 2001 (hasta el 2012, donde salió la tercer entrega) nos envuelve y enloquece con su sublime y perfecta narrativa al estilo de comic. Lamentablemente, estas grandes leyendas se han ido olvidando o cambiando por monotonías cíclicas como los juegos online al estilo "World of Warcraft" y "Smite", entre otros.
Quizás solo se necesite incursionar más allá de las novedades que nos escupen encima las grandes compañías. Hacer el camino a la inversa o ver sobre el hombro de los gigantes del momento para poder descubrir, nuevamente, aquellas historias que nos quitan el aire a cada nivel.
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